Como a estas alturas casi todo el mundo sabe, el Shamain, es la fiesta celta de la que proviene el Halloween.
El Shamain, en verdad, es más largo, comienza con Halloween y termina con el amanecer del día dos. En ese período, los velos que separan los mundos (nuestro mundos es la conjunción de varios), se debilitan permitiendo que sean cruzados en ambas direcciones. Sobre todo, preocupa el velo que nos separa del mundo de los espíritus (vamos, el de los muertos).
El razón original de disfrazarse en Halloween, es para asustar a los espíritus y que no ataquen al disfrazado. Igual que la calabaza, tiene el mismo objetivo, y se debe a una leyenda irlandesa.
El Shamain también es el causa, lo creáis o no, del Día de Difuntos.
¿Y como se pasa genial la noche de Halloween? Pues con cine de terror. Ya sabéis: zombies (no sé a quien dan miedo), fantasmas…
Mi recomendación, por que lo del cine de terror, no tiene solución, es:
Ju’on. La versión japonesa de El grito. Aquí Toshio si que da miedo. Una perfecta historia de una casa encantada
The ring. Ojo, la versión japonesa, es más lenta, pero eso facilita la atmósfera. No contestes al teléfono, sólo te quedaran siete días de vida, tras su visionado.
Si eres más delicado para esto de los fantasmas, cualquiera de las entregas de Paranormal Activity.
La noche de los muertos vivientes. Un clásico.
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